Ha iniciado ya el proceso electoral donde las y los mexicanos seguramente habremos de acudir a las urnas en los que estoy seguro, serán los comicios más competidos de la historia reciente de nuestro país. Estaremos eligiendo 3224 cargos de elección popular, habrá una renovación total del Congreso de la Unión con 628 nuevos legisladores, tendremos 8 nuevos gobernadores, 1598 Ayuntamientos serán electos así como y 27 nuevos Congresos Estatales.
Estas elecciones se darán también en el contexto de una crisis nacional en materia de seguridad, con un sistema de justicia penal que aún no ha demostrado sus beneficios y con enormes retos en materia social donde se asoman los rostros de la pobreza y marginación, que se observan en los distintos México, en los de la desigualdad.
La euforia electoral comienza a sentirse, las preferencias comienzan a decantarse en sentidos distintos según la casa encuestadora, comenzamos a sentir y resentir el bombardeo de spots, donde ahora hasta las parejas de los aspirantes -como nunca antes- son parte también de la escena mediatizada por conquistar al electorado, sea entonando una pieza de trova o deseando un feliz año nuevo; pero si de algo estamos ciertos, es que difícilmente habrá carros completos y mayorías abrumadoras, pues hoy el país es un mosaico multicolor.
Así, inmersos en esta vorágine preludio de la elección del 1º de julio, hasta el día de hoy quisiera desde esta columna, con gran humildad peticionar a las y los aspirantes de todos los partidos y a los independientes, que señalen con absoluta claridad la agenda que pretenden impulsar desde sus gobiernos en materia de derechos humanos, asunto de la mayor trascendencia si consideramos el mandato constitucional previsto en el artículo 1º de nuestra Constitución Política.
Candidatas y candidatos a todos los cargos de elección popular, –¡¡ los derechos humanos son hoy el Eje Rector de todas las Políticas Públicas del Estado Mexicano !!-, recordemos que desde 2011 todas las fuerzas políticas de este país lograron ponerse de acuerdo (aunque Usted no lo crea) en realizar la reforma de más alto calado que ha tenido nuestra Carta Magna, incorporando plenamente los derechos humanos al texto constitucional, imponiendo deberes a todos los entes del Estado.
Por tanto, es impostergable que las y los aspirantes conozcan el mandato constitucional de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos desde el ámbito competencial al cargo que desean ocupar, queremos escuchar posturas claras frente a temas como lo son: el reconocimiento pleno de los derechos civiles de la comunidad LGBTTI, estrategias eficaces para que los Estados que han sido declarados en alerta de género, dejen de estarlo, porque hay un combate firme a los feminicidios, garantías para los millones de migrantes que cruzan por nuestro territorio y también posturas firmes para defender a las y los mexicanos que viven en los Estados Unidos.
Queremos que se hable en las campañas, sí de todos los problemas que se deben de enfrentar, pero también de las soluciones, pero pensándolas por primera vez desde un lenguaje de derechos; se dice mucho sobre el acabar con la corrupción, pero no se habla de cultura de legalidad, se cita a la pobreza en abstracto pero no se dice la manera que el Estado garantizará el derecho a la alimentación o a un medio ambiente sano; todos coinciden en el combate al crimen organizado, pero poco se dice como los gobiernos que pretenden encabezar rescataran a las y los jóvenes que han caído en la inercia perversa de las adicciones y del dinero de apariencia fácil, cuando se habla de la “cárcel” pareciera que es un infierno dantesco al que deben estar condenados a permanecer eternamente a quienes llaman “los corruptos”, pero se olvida que la “cárcel”, esa que tanto se menciona en realidad es un sistema de reinserción social, por cierto fallido.
Por eso la invitación, aspirantes de todos los colores, a hablar con claridad y con lenguaje amigable, es la oportunidad de de construir el discurso político tradicional, a que se hable por primera vez de proyectos de gobierno desde los derechos humanos, si queremos que cambie la realidad cambiemos también las ideas, y recordemos, los derechos políticos también son derechos humanos.
Jorge Andrés López Espinosa
Presidente de la CEDH-SLP