Desde principios de siglo en nuestro país, la caprinocultura ha constituido una fuente de trabajo familiar, ya que los sistemas de producción de carne y leche de cabra han constituido una manera exitosa de utilizar los recursos naturales de baja productividad, como los agostaderos de las regiones áridas y semi áridas, de la Región Altiplano de San Luis Potosí.
En el estado potosino se cuenta con una Federación de Cooperativas integrada por 16 de éstas, lo que se traduce en 234 socios en 10 municipios y un inventario de casi 20 mil cabezas de ganado caprino, 20 centros de acopio e igual número de Queserías.
La Caprinocultura es una actividad en crecimiento en todo el país, crecimiento del cual el estado potosino no puede y no debe estar alejado, aquí vale la pena señalar -de acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro- que en México se encuentran en operación más de 500 mil unidades de producción y más de un millón y medio de mexicanos se dedican a esta actividad.
La Caprinocultura es el eje sobre el que gira el sistema de la mayoría de los productores de nuestra Región Altiplano; Matehuala es tradicionalmente un centro de comercialización Interestatal que abastece gran parte del mercado nacional.
Estos productores, se manejan con la filosofía del involucramiento familiar en la actividad y tienen por delante el cumplimiento de un gran objetivo, que es elevar la competitividad de la cadena productiva caprina y alcanzar el máximo potencial, con un enfoque de desarrollo regional.
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